EL ESTADO DE DERECHO ESTÁ SIENDO SUSTITUÍDO POR EL ESTADO DE LOS PARTIDOS
El tema del debate del Foro Arrupe era “Politización de la Justicia” y en su introducción el ponente, D. Javier Gómez de Liaño, expuso que es un sentimiento generalizado que la justicia es uno de los elementos peor valorados por los españoles; que funciona con lentitud exasperante, ritualismos incomprensibles, lenguajes esotéricos e intimidantes, y decidida voluntad del Poder Ejecutivo – y de otros – de someter al Poder Judicial. Aportó el dato del último sondeo realizado por el CIS: el 33,8 de los encuestados consideraba que los jueces no eran en absoluto independientes y únicamente el 19% los consideraba bastante independientes. Pero más grave es el dato del reciente estudio del Foro Económico Mundial en el que a propósito de la independencia judicial de entre 134 países, España ocupa el puesto 56 por detrás de Egipto y Arabia Saudí y delante de Nigeria.
El ciudadano quiere que el juez sea independiente y la Constitución garantiza esta independencia, pero en estos momentos a determinados niveles no lo son o les es muy difícil serlo, teniendo en cuenta los sistemas o vías de acceso a distintos niveles de la judicatura. Muchos ciudadanos tienen la impresión que el Estado de Derecho está siendo sustituido por un Estado de los Partidos. Ejemplos: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o el Tribunal Constitucional. En su exposición el ponente se inclinó como método de ingreso a la profesión por la oposición, que puede ser a veces incompleta y dura, pero libera de los nombramientos por otros sistemas y ofrece también la posibilidad de acceso a los más humildes. La actual situación de un CGPJ nombrado por parlamentarios no ayuda a esa independencia. El Sr. Gómez de Liaño propugna un CGPJ elegido por los jueces con listas abiertas y en base a las hojas de servicio de los candidatos.
En el animado debate se subrayó que el juez tiene que ser independiente de sí mismo; poder abstraerse del influjo mediático, se comparó como el prestigio del Tribunal Constitucional está a la baja y el del Tribunal Supremo al alza, y se reconoció que en las sentencia se encuentra un cierto relativismo, fruto de la situación de crisis de la sociedad. Ante esta justicia que no marcha y que el Poder Ejecutivo y otros quieren controlar, se planteó la pregunta de qué soluciones hay y se dijo que la solución tiene que venir por la vía de que algún día los jueces, sin plantes ni abandono de sus juzgados, digan a los partidos que “hasta aquí hemos llegado”.
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