DICE SANTIAGO NIÑO BECERRA:
Me decía un empresario hace unos días lo caro que les salen a las empresas españolas sus trabajadores. Le pregunté cuánto le costaba, de media, un trabajador, me respondió que 1.800 euros mensuales. A continuación le pregunté qué valor le generaba cada trabajador; aquí se hizo un poco el longuis, pero al final me dijo que ahora poco más que eso debido a ‘como están las cosas’.
Entonces le argumente lo siguiente: imagine que el coste mensual de cada uno de sus trabajadores fuese de 10.000 euros -cuando dije eso se le abrieron los ojos como platos- y que cada uno de sus trabajadores generase mensualmente un valor de 100.000 euros, ¿se quejaría?, le pregunté. ‘Entonces no, me dijo’. ‘¿Entonces …..?’, pregunté yo. ‘Es que ni mi actividad ni mi empresa es capaz de generar ese valor’, respondió. Aquí reside el kernel, el núcleo, del modelo productivo español. Caricaturizando, España precisaría tener salarios marroquíes -o vietnamitas- y condiciones de trabajo paquistaníes y generar el valor que genera, entonces la tasa de desempleo casi sería inexistente y el volumen de beneficios de las empresas sería significativo; claro que la recaudación fiscal sería muy reducida porque la mayoría de rentas serían de miseria, por lo que España dejaría de ser lo que es y pasaría a ser otra cosa. El kernel del problema: cada vez hace falta menos población ocupada para elaborar lo que sea, y cada vez va a hacer falta menos. Aquí y en todas partes, pero en sitios como aquí, más. ¿por qué se habla de costes laborales cuando se debería estar pensando de valor añadido y en productividad?.
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