Un amigo nos comenta: Luchar contra "nuestra crisis" en un artículo muy
interesante (y se le agradece):
Los
Estados, los políticos, las grandes empresas, los hiper-ricos, los grandes
bancos, los poderes fácticos, siguen queriendo quedarse con el beneficio
marginal de las clases medias. Al que aún le queda algo, quieren de una forma u
otra confiscárselo.
Hay que salvar a los grandes: la Banca, las concesionarias de autopistas, las cadenas hoteleras, las empresas fabricantes de automóviles. Todo ello a costa de las clases medias. Nos incitan a los que aún podemos consumir algo a comprar coches, a llenar los hoteles y los aviones, a comprar moda (creo que con el invierno que hemos tenido, la moda de primavera se ha quedado en los escaparates) . Nuestra mejor lucha contra nuestra crisis, la de nuestra “República Independiente Familiar”, es la austeridad, que se traduce en el “NO CONSUMO”. Lo que empecé a proponer en el año 2007, lo está teniendo que hacer mucha gente por necesidad. Yo lo propongo como virtud y como juego.
Hay que salvar a los grandes: la Banca, las concesionarias de autopistas, las cadenas hoteleras, las empresas fabricantes de automóviles. Todo ello a costa de las clases medias. Nos incitan a los que aún podemos consumir algo a comprar coches, a llenar los hoteles y los aviones, a comprar moda (creo que con el invierno que hemos tenido, la moda de primavera se ha quedado en los escaparates) . Nuestra mejor lucha contra nuestra crisis, la de nuestra “República Independiente Familiar”, es la austeridad, que se traduce en el “NO CONSUMO”. Lo que empecé a proponer en el año 2007, lo está teniendo que hacer mucha gente por necesidad. Yo lo propongo como virtud y como juego.
Podemos contribuir a que las eléctricas se queden con su energía, los
hoteles con sus camas libres, los grandes almacenes con su moda de primavera,
los fabricantes de coches con sus nuevos modelos, las universidades con sus
“master” (caros y malos en general), las autopistas de peaje sin sus coches, las
inmobiliarias y bancos con sus pisos.
Tiene razón Santiago Niño Becerra cuando expresa la idea de que estamos obsesionados en fabricar y construir cosas que nadie necesita. Cuando sobra el dinero circulante se compran o consumen, pero cuando falta se prescinde de ellas, quedando un panorama desolador de “tierra quemada”: barrios recién construidos abandonados, autopistas solitarias, aeropuertos que solo sirven para volar cometas, centros comerciales y de ocio vacíos.
Tiene razón Santiago Niño Becerra cuando expresa la idea de que estamos obsesionados en fabricar y construir cosas que nadie necesita. Cuando sobra el dinero circulante se compran o consumen, pero cuando falta se prescinde de ellas, quedando un panorama desolador de “tierra quemada”: barrios recién construidos abandonados, autopistas solitarias, aeropuertos que solo sirven para volar cometas, centros comerciales y de ocio vacíos.
Aún
se atreven algunos compañeros de profesión (soy antes ciudadano y persona que
ingeniero de Caminos) aupados en las grandes empresas, a pedir más inversión en
infraestructuras inútiles a costa del ciudadano, más carga recaudatoria en las
tarifas de suministros básicos, en los transportes. ¿A dónde quieren llegar?.
El consumo de energía eléctrica y de combustible ha sufrido
un descenso espectacular, las carreteras han perdido en 4 años un 20% de su
tráfico, porcentaje aún mayor si se refiere al tráfico pesado. ¿A quién le
interesa construir más carreteras y
autopistas?.
No
es lógico que en el Presupuesto Nacional el déficit sea de un 7% y el gasto de
las clases medias españolas tenga que equilibrarse, aunque con una renta
familiar disponible reducida en un 10%.
Sigue habiendo muchos negocios subvencionados, muchas Agencias, Observatorios, Entes, que sobran. Desgraciadamente la vía elegida por nuestro Gobierno es la de seguir gastando en lo inútil, suplicar a Europa que nos deje gastar más, para no tener ellos que renunciar a nada.
Sigue habiendo muchos negocios subvencionados, muchas Agencias, Observatorios, Entes, que sobran. Desgraciadamente la vía elegida por nuestro Gobierno es la de seguir gastando en lo inútil, suplicar a Europa que nos deje gastar más, para no tener ellos que renunciar a nada.
Nuestra guerra, al menos la mía, es otra. Con ella, a pesar del aumento
de la carga fiscal, he conseguido, reducir en cerca de un
20% los gastos familiares y otro tanto los empresariales, y mi aportación
vía impuestos derivada del consumo ha sido en 2012 un 15% inferior a la del año
anterior.
Se
puede pensar que mi nivel de vida ha bajado. Es posible, pero en mi guerra
contra el Estado, algún sacrificio merece la
pena.
- Se vive igual o mejor con
una prenda ligera de abrigo y la calefacción baja, que en mangas de camisa y con
la calefacción alta.
- Se vive mejor aparcando el coche a 200 metros
del despacho y sin pagar, que aparcando en la puerta y pagando la
ORA.
- Se vive igual teniendo un segundo coche de gasolina con 400000 Km,
que comprando uno nuevo. ¡Vanidad de vanidades, todo es
vanidad!
- Resulta más entrañable celebrar las primeras
comuniones en casa o prestar la casa a los familiares, que gastarse lo
que no se tiene en un restaurante.
- Resulta más sano y mucho más barato utilizar tu
segunda residencia o intercambiarla con tus familiares y amigos, que pagar un
hotel.
- Resulta mucho más sano circular a 80-90
Km/h, cuando no se tiene prisa, que circular al borde de la multa. Se
evitan las sanciones, se ahorra gasolina y se vuelve a contemplar el paisaje,
como en los viajes de la infancia con el SEAT 1500, y no se utilizan las
autopistas de peaje, salvo en caso de
necesidad.
- Estrecha los lazos familiares prestar el dinero
a un hermano que tiene que pagar el IVA, para que no tenga que pedir un
aplazamiento a Hacienda y pagar los
intereses.
- Es más seguro sacar la mitad de tu nómina del
Banco y pagar las compras menores: gasolina, hipermercado. De paso muestras tu
rechazo al sistema financiero.
- Ayuda a la educación de los hijos el ejemplo de
austeridad y el hacerles que colaboren en casa, reduciendo al máximo el
servicio doméstico.
- Si queda algún ahorro, es bueno tener parte
fuera de España, aunque se tenga que declarar. Es la mejor forma de diversificar
riesgos.
Son muchas las cosas que se pueden hacer con el fin de
necesitar menos para vivir, de no tener que ser “rescatados” y tener saneadas
las cuentas en nuestra “República Independiente”.
Del Estado no espero nada y lo que le pase al Estado
me importa un rábano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario