¿Crees que podré ser un gran escritor? pregunté a Rosa sin parpadear. Ella al cabo de unos segundos me respondió, con cautela:
- No me parece que lleves en la sangre esa rara habilidad propia de un gran escritor. Te falta algo, un no sé qué, que sale de dentro; Te falta la obsesión de escribir, si es preciso, hasta las 4 de la madrugada sin notar cansancio. Además, ¿Qué tienes que contar que no se haya contado ya?; ¿Qué tienes que decir que no se haya dicho? Tanta escritura de ficción te aleja de la realidad. No sé si te has parado a pensar que la vida no se circunscribe a tu lógica y que una mente ordenada puede vacilar en lo inseguro y desconcertante. Es en lo imprevisible, pero real, donde está tu campo de acción.
Tras escribir ese último párrafo, dejé de teclear en el PC. ¿Qué diálogo es este? ¿Cómo se van a creer que es real y no pura ficción lo que Rosa está afirmando? No me estaba gustando lo que veía en la pantalla. Me pareció un texto algo soso y lejano. Necesitaba más claridad, menos tinieblas. Sí, precisaba más luz, como exigía a un autor el genial Goethe. Animado por esta reflexión se despertó otra vez mi interés por el texto. Borré todo y volví a lo mío:
¿Crees que podré ser un gran ...
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