El primer amigo aclara más:
El Estado se convierte en enemigo, no porque lo quiera el ciudadano. A la mayor parte de los ciudadanos, que pagamos impuestos y que sostenemos a los de arriba y a los de abajo, no nos gusta tener un enemigo tan poderoso. El Estado es el que parece querer someter al ciudadano que cumple, porque es de aquél que puede sacar todo (pasa hasta con las Autonomías, se quiere atornillar a las que cumplen, para dárselo a las que despilfarran).
El poderoso tiene todos los mecanismos a su
alcance para hacer lo que quiera; el menesteroso, desgraciadamente para él,
tampoco puede hacer mucho. Quedamos los de siempre, señalados con el dedo
acusador de los que encubren las cuentas suizas de los políticos, de la
parentela real y de los grandes empresarios. Solo estoy
pidiendo poder tener alguna libertad para hacer con mi dinero honradamente
ganado lo que dentro de la legalidad me parezca, aunque solo sea darle
una moneda a un mendigo de vez en cuando o a mis hijos para que compren
chuches.
Esta
es mi opinión (de Fernando de Cos Blanco):
Hay
2 tipos de escenarios en Economía:
-
1º el escenario de Inflación (aumenta el dinero en circulación y suben los
precios)
-
2º el escenario de Deflación (se esteriliza dinero en circulación y bajan los
precios )
El
2º escenario de Deflación es el que se desarrolla en España, propiciado por la
doctrina del Banco Europeo de evitar la Inflación y defender al
euro.
En
este escenario de Deflación es fundamental llegar al punto de inflexión en el
que los precios no dejen de bajar más y empiecen a subir un poco, puesto que si
no se hace así, nadie inicia el proceso de inversión necesario pero no
suficiente para activar nuestra economía,
y esperará para mañana o pasado mañana el inicio de ese proceso de inversión,
dejando los recursos humanos/materiales/económicos "parados" sin aplicación; es
decir imposibilitando el crecimiento y por tanto el
progreso.
Por
eso es necesario, que alguna alta autoridad económica europea (preferiblemente
el Presidente del Banco Central Europeo) salga en la TV, afirmando rotundamente
que el escenario ha cambiado (a la vez que se adoptan fuertes medidas propias de
escenario nº 1 Inflación) para iniciar
el "arranque" económico, hasta ahora frenado con la estabilización propia de la
Deflación (Plan de Estabilización) y estimulado, a partir de ahora, con el
crecimiento propio de la Inflación (Plan de
Crecimiento/Desarrollo).
En
eso estamos. Pero nadie del BCE sale en la TV, para "estimular" la
economía.
Otro
amigo, me comenta
Me
preocupa que se generalicen opiniones como las expresadas aquí. No se puede dar
la espalda a la sociedad en la que uno se integra.
Los
hombres somos animales sociales
y la complejidad de nuestras sociedades es la que nos ha permitido evolucionar
como especie y desarrollarnos como seres inteligentes. El
Estado no es ningún ente abstracto que nos haya impuesto el destino, los hados o
los "poderes maléficos que gobiernan el mundo"; el Estado es la forma de
gobernarse que ha decidido una sociedad y si no nos gusta como funciona lo que
tenemos que hacer, como sociedad y con las capacidades propias del ser humano
como el diálogo, es cambiarlo.
Hay
cierta incongruencia en posturas que rechazan el Estado, incluso evitando por
todos los modos posibles pagar impuestos, y que luego se manifiestan reclamando
Sanidad Pública, Educación Pública o Alquileres Sociales, que no dejan de ser
Estado en su vertiente más pura.
Por
otra parte, confiar
en el dinero real (que no lo es ni mucho menos) puede llevarnos a alguna
sorpresa.
Recuerdo, por el impacto que me produjo, una fotografía en la enciclopedia
Espasa en la que se veía a un alemán del periodo entre guerras empapelando su
cuarto con billetes de banco (¡Marcos alemanes!) porque la inflación
galopante
que se sufrió en la época los habían dejado sin valor.
Tampoco
el trueque será la solución. El trueque sólo permite una economía de
subsistencia en la que cualquier crecimiento es prácticamente
imposible.
Los defensores de este sistema que traten de imaginar cómo podríamos funcionar
si las empresas (o el estado) pagasen las nóminas en productos de primera
necesidad...
Un
amigo me comenta:
Menos
mal que Santiago Niño Becerra dice algo sensato con relación a este tema.
El
único dinero “REAL” que existe es el físico. Sólo nos faltaba que los bancos
centrales y los bancos particulares, los políticos y todo el que tuviera acceso
al Sistema moviera todo nuestro dinero pulsando la tecla de un
ordenador.
Ya lo hacen con casi todo lo nuestro, pero me resisto a que lo hagan con lo poco
que pueda ahorrar. Las
preferentes han sido, por ejemplo, una monumental estafa, para sacar una parte
del dinero “REAL” que muchos ahorradores tenían legítimamente en su casa, para
convertirlo en el humo del dinero electrónico, que como todo humo que se precie
de serlo se ha esfumado.
Quiero
hacer con lo poco que pueda ahorrar a costa de practicar la austeridad “real”,
lo que me de la gana. No
quiero intereses, por los que tendría que tributar. Además me arriesgo a que el
Estado me haga una “quita“. No me fío del Estado nada en absoluto. Hablo de
Estado y no de Gobierno, porque todo el aparato del Estado (incluidos los
gobiernos Central, Autonómico y Local, poder judicial y legislativo) está
tramando contra el ciudadano.
Por
eso desde hace muchos años digo que el
Estado es mi único enemigo conocido. El dinero en apuntes bancarios podrá ser
patrióticamente confiscado en caso de emergencia nacional.
La
economía sumergida seguirá. Hay cientos de mecanismos para traspasar fondos en
una economía sumergida. Uno de ellos es convertirnos, cada uno de nosotros en
“banqueros furtivos”.
Otro
mecanismo es volver al trueque. Si algún día no fuera posible tener la libertad
de guardar algo de dinero en casa, convertiría mis billetes de dinero real en
bienes “reales” ,
válidos
parta el trueque, que debería entonces generalizarse.
Pregunta a
SNB:
Quiero
entender porqué funcionamos aún con dinero físico, con monedas y billetes.
Porqué
no desaparece este y utilizamos únicamente dinero
electrónico.
Se
acabarían los ‘sobres’, la economía sumergida, la corrupción, …
Estamos
muy adelantados en temas informáticos y podría darse el salto total a los pagos
vía contact less y más adelante con huella digital. Actualmente existe mucha
seguridad con las transacciones, mucha, de verdad.
Evidentemente
el sistema de comisiones bancarias tendría que cambiar debido a que como todos
pagaríamos el importe total de todas las transacciones se posibilitaría a que
pudieran reducirse. Y supondría que dejasen de pagar siempre los
mismos”.
Santiago
Niño Becerra dixit:
Mi
respuesta fue:
“De
entrada si algo parece lógico y no se hace, plantéate porqué es; en la mayoría
de los casos la respuesta será obvia: porque no interesa.
Con
esa pregunta tan inocente has tocado un
tema muy sensible: la creación de dinero. Tu sabes que la mayoría del dinero que
circula no existe: son bits de ordenador: cuando concedes un crédito estás
creando dinero, y, de media, por cada dólar que se tiene en depósitos se crean
créditos por nueve; a eso añade créditos que crean grandes superficies y dinero
que se crea a través de las negociaciones de derivados, CDSs, y otros activos
sin existencia real. Aunque parezca mentira, el dinero físico es el único dinero
‘real’ que existe. Y ya sabes que el dinero, en el fondo, no es más que un
depósito de valor.
Existe
otra razón: identidad nacional y reafirmación cultural, algo que puede parecer
estúpido pero que aún pesa mucho, sobre todo entre las personas de una cierta
edad (y a esa edad todo el mundo puede votar).
Eliminar
el dinero físico se hará, pero supondrá aceptar cosas: como un control total de
activos y pasivos tanto para bancos como para las personas y los Estados. Es
decir, se eliminará cuando las cosas estén tan mal que se acepte cualquier cosa
que parezca posible como parte de la salvación.
En
cualquier caso, el
tema de la corrupción en forma de ‘sobres’ pienso
que se ha exagerado por conveniencia.
El
caso
Bárcenas, por ejemplo ha movido entre 15 y 20 M €:
calderilla
en comparación con lo gastado en obra pública,
por ejemplo, en
España, en los últimos diez años: lo que se gastó, ¿se
gastó de forma eficiente?. Más aún, ahora que estamos en el medio de una crisis
brutal: lo que se gasta, ¿se gasta eficientemente?. Y eso no lo investiga
nadie.