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viernes, 27 de abril de 2012

PROPUESTA DE TRANSICIÓN POLÍTICA Y FINAL DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA

Un amigo nos hace una propuesta relativa a "Nuestro Comandante en Jefe" y al "Alto Comando Central", que podría acabar con "los florentinos"  (ver http://nuestromundoysusdesafios.blogspot.com.es/2012/04/los-exitos-del-pasado-no-garantizan-el.html  y  http://www.vozpopuli.com/nacional/2299-los-florentinos-y-el-ocaso-del-capitalismo-castizo  ) en la línea de lo que en página 63 del Libro "Start-Up Nation (380 páginas) de Dan Senor y Saul Singer" se afirma del comportamiento de un soldado judío capaz de decir a su superior en rango: "We don´t want you" , "You´re no good", "That guy´s got to go"  ya que   "the key for leadership is the soldiers´ confidence in their commander. If you don´t trust him, if you´re not confident in him, you can´t follow him".


 Reflexionando sobre el hermoso paraje natural de Botsuana, y sobre el concepto de "Jefe", quiero compartir mis reflexiones: 
Al borbón no lo considero jefe de nada. Ahí va mi propuesta de final de la monarquía, y transición a una forma, digamos republicana. 
Así que, como sucede a la renuncia o fallecimiento del Papa, se constituye la Sede Vacante. Para España propongo la suspensión del título II de la constitución, y dejar la situación en trono vacante, pero sin selección de nuevo rey como con Amadeo de Saboya. Al ciudadano Juan Carlos, se le pasa una pensión como teniente o capitán general, que es su empleo, y al hijo, la paga de capitán, comandante o la que le corresponda en cuanto a la carrera militar, se le encuadra en un regimiento o en un navío y a correr. A la esposa, un puesto en el telediario y también a correr. 
Dejaría discurrir un período transitorio de 25 años hasta decidir una reforma en profundidad de la constitución de 1978, sin necesidad de que fueran nuevas cortes constituyentes. En otras palabras, una transición tranquila, barata, digna, absolutamente incruenta, y como condición sine qua non, más económica y no sujeta a veleidades como las cacerías de elefantes, las comisiones y contratos indecorosos, las querindongas tipo Corina ni urdangarines del tres al cuarto. 
En el lugar del rey, se elige un presidente al modo alemán, o al suizo, por mayoría de al menos 2/3 de la cámara, en una persona de proceder intachable, desvinculado de los partidos políticos, con una formación elevada y personalidad adecuada, que ostentaría la representación del estado y la nación española. Por citar un ejemplo totalmente orientativo, un Vaclav Havel español. Debería ser por un período de 2 años, prorrogable por otros dos años más. De forma interina, en el caso de no encontrar terna de candidatos fácilmente, se podría encontrar una fórmula tal como la del presidente del Congreso, hasta tanto no haya nuevo presidente. 
Entiendo que la forma de futuro sería una república, pero no presidencialista como los EE UU, ni con elección por sufragio directo como Francia. Ahora vemos claramente como las elecciones van a dejar un largo y peligroso período de vacío de poder en Francia, pues hay legislativas en junio, en el momento menos oportuno. Por supuesto la asignación económica sería digna, pero limitada, y sus funciones serían representativas de todos los españoles. El gobierno es el que ha de tener carácter ejecutivo, y elegido por sufragio universal, a través de cortes. 
Vamos, que propongo una nueva transición. El borbón ya está más que amortizado, y ya nos está trayendo más problemas que ventajas. Se le agradecen los servicios prestados, y se le cesa, como a tantos y tantos otros. 
Si pretendemos que la corona sea la garante de la unidad de la nación española, es que simplemente estamos en una crisis de infantilismo. 
Monarchia est delenda escribió José Ortega y Gasset. 
Extinción de los elefantes ¡No!
Extinción por caducidad de los infantes, ¡sí!

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